Según la ILAE (Liga Internacional contra la Epilepsia) se define como epilepsia refractaria a fármacos aquella en la que a pesar de haber utilizado 2 fármacos antiepilépticos bien tolerados y en sus combinaciones adecuadas siguen sin ser controladas las crisis epilépticas.⁽¹⁾

La dieta fue desarrollada por primera vez en los EE.UU en la década de 1920 y fue usada en niños y adultos. Con la llegada de nuevos medicamentos antiepilépticos en la década de 1930 y 1970, el interés de esta se desvaneció. Sin embargo, en la década de 1990 se produjo un resurgimiento del interés por la dieta infantil. Previamente, en 1970, ya se había introducido la dieta MCT (triglicéridos de cadena media). A principios del siglo XXI se produjo el desarrollo de variantes alternativas modificadas más relajadas de las dietas cetogénicas tradicionales.

La dieta cetogénica es un tratamiento no farmacológico utilizado por niños y adultos con epilepsia refractaria a fármacos para controlar las crisis epilépticas.

Es una dieta alta en grasas, adecuada en proteínas y muy baja en hidratos de carbono con la que se logra imitar los efectos producidos por el ayuno, restringiéndose los alimentos ricos en hidratos de carbono y promoviéndose el consumo de alimentos ricos en grasas.

La dieta cetogénica para epilepsia tiene un efecto anticonvulsivante y está indicada en:

- Todos aquellos casos en los que ha fallado el tratamiento con 2 fármacos antiepilépticos indicados de forma correcta (2,3).

- Es el tratamiento de elección para el síndrome de deficiencia del transportador de la glucosa tipo 1 (GLUT 1) y del déficit de la enzima piruvato deshidrogenasa (PDH). (2,3)

- Existen síndromes en los que la dieta cetogénica para epilepsia es considerada especialmente útil por lo que se recomienda su utilización de forma temprana. Es el caso de pacientes con síndrome de Angelman, complejo mitocondrial tipo 1, síndrome de Dravet, síndrome de Doose, FIRES, pacientes alimentados con fórmula (lactantes y niños), espasmos infantiles, síndrome de Ohtahara, esclerosis tuberosa y estatus epilépticos super refractarios. (2)

- Otras indicaciones en las que el paciente también se podría beneficiar de esta terapia son (2):

• Encefalopatía asociada al CDKL5.
• Epilepsia tipo ausencia en la infancia.
• Malformaciones corticales.
• Epilepsia con crisis migratorias de la infancia.
• Punta de onda continua del sueño POCS.
• Glucogenosis tipo V.
• Epilepsia mioclónica juvenil.
• Enfermedad de los cuerpos de Lafora.
• Síndrome de Landau-Kleffner.
• Déficit de fosfofructoquinasa.
• Síndrome de Rett.
• Panencefalitis subaguda esclerosante.

De forma general un 50-60% de los pacientes tratados con la dieta cetogénica para la epilepsia refractaria, podrán reducir en al menos un 50%, la frecuencia de sus crisis y alrededor del 15-20% de los pacientes llegarán a quedar libres de crisis epilépticas. (3)

Adicional al control de crisis, algunas personas pueden experimentar una mejoría en la capacidad cognitiva y conductual, traduciéndose en una mejoría en el nivel de alerta, lenguaje y comportamiento social. (3)

Actualmente existen 5 tipos de dietas cetogénicas. Su médico seleccionará la dieta mejor indicada para cada paciente. La siguiente tabla permite comparar los diferentes tipos de dieta (2,3):

La dieta cetogénica para epilepsia se diseña sobre una relación entre los gramos de grasa y los gramos de proteína e hidratos de carbono, esto se conoce como ratio cetogénico. Los ratios más utilizados son los ratios 3:1 y 4:1, que implica que por cada 3 o 4 gramos de grasa existirá 1 gramo de hidratos de carbono + proteínas. El médico decidirá el ratio apropiado para cada paciente. (2,3)

Nos gustaría informarle que esta dieta debe estar pautada por un profesional sanitario y es por eso que le animamos a que se ponga en contacto con su neurólogo o, si lo prefiere, háganos saber la provincia en la que se encuentra para que le podamos informar sobre los centros a los que puede acudir (contacte aquí).